La citation du jour

samedi 29 août 2009

Mario Merlino, in memoriam




Ha muerto el poeta y traductor Mario Merlino (Coronel Pringles, 1948 – Madrid, 27 Agosto, 2009).

A través de sus traducciones conocí los cuentos de Antonio Lobo Antunes, un maestro. Su libro Arte Cisoria me dejó fascinada y perpleja. Amante de las palabras, nos dejó este maravilloso texto que copio del blog Algún día en alguna parte.

“Me gustan las palabras. Me gusta bajar por la mañana a comprarlas y elegirlas, una a una, como si fueran albaricoques maduros.

Nunca se sabe qué palabras van a necesitarse a lo largo del día. Nunca se sabe cuáles sacar de casa en la mochila, o llevar en la maleta, de viaje. Cuántos adjetivos blanco, oloroso, fértil, cuántos verbos y cómo conjugarlos: te quiero, conduzco, abriendo, he estado, supuse… Cuántos artículos indefinidos. Cuántas preposiciones. Me gustan las palabras. Me gusta atesorarlas, pero también dejarlas escapar, a veces, como si no fueran mías. Neblina pesa tan poco, es tan inerte, que basta con mover los labios para que la mínima racha de viento se la lleve.

Hay decenas de miles de palabras. O más. Palabras construidas en chapa, esqueje; o con madera, tacón; palabras recortadas en papel cebolla, sílfide o liminar; y palabras bastas como una tela vieja: lomera, bayeta, batanar… Dice John Berger, el escritor, que hay palabras que hay que masticar, como si tuvieran nervios: duplicar, irreversible. Palabras que se te hacen una bola, como el filete de un mal comedor: sacramento, pigmentación, geoestratégico… Y hay otras que se te deshacen en la boca, como los versos de un poeta romántico: titilar, libélula…

A mí me ha gustado siempre ulular. Y no me gusta, nada o casi nada, abencerraje. Me gusta merengue, y detesto canaleta. Me gusta decir bucle, y odio decir tajada.

Mi amigo Luis Mateo Díez, con quien me encontraba alguna mañana, alto y delgado, transversal como un quijote, en el bar La Escalinata, en la Plaza Mayor de Madrid, me contó que a él la palabra que menos le gusta es escrófula. Nunca he sabido exactamente lo que significa pero es una palabra horrible. Escrófula. Las palabras de los médicos siempre suenan fatal, a diagnóstico terminal, a desahucio: mesenterio, linfático, tumefacto…

Sin embargo son bonitas las de los oculistas: iris, pupila, miope. Otra palabra que no me gusta nada es espetar. Suena a mecanismo explosivo: espetó. A granada de mano: coges la palabra, la sujetas con fuerza en la mano, quitas el pasador con los dientes, la arrojas lo más lejos posible, te proteges y esperas. Uno, dos, tres, cuatro…

No se ha oído porque la he tirado lejos. Pero desengáñate: ha espetado”.

No hay adverbio que te venga bien. Editorial Eclipsados. Autor: Mario Merlino


Si la labor de los traductores fue valorada y revindicada, lo fue por Mario Merlino. Si de algún traductor quedará noticia en nuestra escasa memoria, será de Mario.

2 commentaires:

Anonyme a dit…

Gran post, Emilia.

Te dejo un blog que me gusta mucho en el que hablan de errores de traducción en las películas:

http://traduccionydoblaje.blogspot.com

Miguel Ángel Lara

Emilia Oliva a dit…

Gracias, Miguel Angel, por ese nuevo blog. Si necesitas algo, no dudes en contactarme: emioliva@terra.es
Fue un placer encontrarte la otra mañana. Besos a tus padres.